miércoles, 8 de mayo de 2013

EL CICLO DE LA VIOLENCIA

"El ciclo de la violencia" aparece en las situaciones de maltrato. Es interesante ver como este ciclo se repite, y cuáles son sus particularidades, pues sin darnos cuenta podemos estar entrando en una situación de violencia que luego se convertirá en un círculo vicioso de maltrato.

Fase de Tensión: En esta fase encontramos a la pareja en una etapa de aparente bienestar, si han tenido momentos violentos en el pasado en este momento están intentando dejarlos atrás y comenzar de nuevo. Se manifiesta en pequeñas discusiones, que regularmente no llegan a ser peleas porque ambas partes “se aguantan” para no tener más problemas, pero la tensión y molestia va en aumento. Existen comentarios hirientes, burlas sobre lo que haces o eres, sarcasmos, ironías, reclamos aislados, etc., también puede haber pellizcos, nalgadas, golpes “jugando” o “sin querer”, que son disculpados o se dejan pasar. En algún momento la tensión acumulada es tan alta, que sobreviene la siguiente fase.
Fase de Agresión: Se manifiesta en un episodio de violencia desbordada, es decir la tensión acumulada en la fase anterior estalla en una pelea fuerte en donde se da rienda suelta al malestar acumulado. Puede haber gritos, insultos, jalones, se rompen cosas como ropa o cosas de la casa, amenazas directas, intimidación, golpes entre la pareja y/o a los hijos si los hubiere y seguramente alguno de los dos terminara seriamente lastimado, tanto en lo físico como en lo emocional.

Fase de Arrepentimiento: Después del episodio violento sobreviene esta fase también conocida como “luna de miel”, el agresor se disculpa y corteja a menudo a la víctima con regalos como flores o chocolates, prestándole gran atención y prometiéndole que nunca volverá a agredirla. Usualmente el agresor se ve seriamente arrepentido, llora, chantajea sobre que no puede vivir sin la pareja, manipula a los hijos o a la familia y a veces amenaza con quitarse la vida si no se accede a la reconciliación e infunde miedo sobre el futuro que le espera si decide estar sola, ya que no es capaz de hacerlo. El agresor convence a la victima de regresar y el ciclo vuelve a comenzar.

Cabe mencionar que la mujer se ve como incapaz de salir de esta situación, ya que el agresor la aísla de sus referentes inmediatos, es decir; el respeto a sí misma, el orgullo, la profesión o la manera de que ella pueda obtener dinero, sus amigos a los cuales ha dejado de ver porque él se lo pidió, la familia que bien no la apoya o que no sabe de la situación y finalmente el miedo, miedo de no poder iniciar de nuevo.

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